miércoles, 8 de febrero de 2012

40 DESPEDIDOS EN QUEQUEN: OTRA VEZ, EL ESTADO LLEGA TARDE




"No se si es por desidia o por  cuestiones económicas, pero no pudimos evitar el cierre"


Cerró la planta pesquera Incopp de Quequén dejando un tendal de 40 trabajadores en la calle. Los trabajadores fueron indemnizados como corresponde. La empresa y los trabajadores habían realizado numerosas gestiones para evitar el cierre del frigorífico pero fueron infructuosas. Roberto Porcaro estaba al tanto de la situación desde hace cuatro meses.

El predio ocupa lo que era la antigua planta de Huemul, en la 509 N°1755 de Quequén. La empresa decidió bajar la persiana porque la actividad está al borde de la extinción: la crisis de los países europeos llegó a nuestras costas y hace un tiempo que se paralizaron las exportaciones. A esto se le suma un dólar planchado y una inflación interna que se le hace insostenible a las empresas con poco margen de rentabilidad.

En una entrevista para LaVozdelQuequen.com , uno de los pocos empleados que quedan, el encargado de la planta José Ciancaglini, relató con detalles los avatares de una situación por demás penosa para los quequenenses.

"Se realizaron muchas gestiones, la idea era gestionar un subsidio para aliviar las pérdidas que venía trayendo este frigorífico pero eso no llegó a tiempo" contó Ciancaglini.

A pesar de la compleja situación financiera, los trabajadores están siendo indemnizados en el marco de la ley, como corresponde. Pero el hecho es que un gran empresa local CERRO, y se terminó, al menos por ahora una fuente genuina de trabajo para los quequenenses y necochenses.

Desde la empresa,  relatan que en el mes de octubre, luego de las elecciones en las que se impusiera el Frente para la Victoria, se mantuvieron contactos con el operador político top local, Roberto Porcaro. Es más, se le acercó un petitorio con firmas de los responsables de la empresa y de los empleados.

Al poco tiempo, el secretario de Pesca de la nación, Norberto Yahuar visitó la planta de Incopp y se interiorizó de la situación.

Pero los tiempos y las urgencias de los funcionarios políticos son otros a los de las empresas y los trabajadores: no hubo ninguna propuesta firme por parte del estado para salvar la situación. La empresa no resistió más y cerró sus puertas.


Porcaro sabía de esta situación desde hace 4 meses pero no pasó nada, dijeron desde la empresa. Es triste la paradoja de nuestra Argentina, donde pareciera haber dinero para dádivas y no para sostener la producción y el empleo real, no ficticio.

Otra vez, el estado llega demorado. El sector pesquero necesita urgentes medidas de apoyo ahora porque es generador de empleo genuino. Más tarde, al estado le saldrá más caro intentar incluir con subsidios a las familias castigadas por la desocupación.

LaVozdelQuequen.com

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